Perro de una extraña personalidad, el Mastín tibetano es receloso y asustadizo, con actitudes que a veces resultan muy exageradas y fuera de lugar. No obstante, su valor y seguridad en sí mismo tal vez no encuentren similares entre las demás razas caninas. Tanto por su aspecto como por su carácter, puede decirse que no ha cambiado con el pasar del tiempo. Por lo tanto, el Mastín tibetano da una idea bastante exacta de lo que debía ser el carácter original de la especie canina, antes de que el hombre, a través de la creación de un gran número de razas que podríamos definir como artificiales, lo adaptase a las múltiples exigencias de su civilización